Década de los 2000, Evolución del rap en Medellín.

La escena del Hip Hop de la ciudad en la década del 2000 se comenzó a fortalecer gracias a que los Hip Hoppers comenzaron a asumir nuevos roles en su proceso de reconocimiento como artistas y gestores culturales; dos formas de nombrarse y representarse que estaban ausentes en las décadas pasadas y ahora aparecen como protagonistas importantes de la gestión del desarrollo local en el ámbito social y cultural de sus comunidades los artistas de Hip Hop local han procurado que la autogestión sea una postura ética para desarrollar los cuatro elementos, en la actualidad han afianzado las propuestas para lograr mayores niveles de sostenibilidad e independencia. Durante los últimos años los Hip Hoppers han entendido los cuatro elementos como un todo y desde la integralidad han comenzado a dinamizarlos y cualificarlos gracias a proyectos realizados en sus comunas, a través de iniciativas articuladas con organizaciones comunitarias, autoformación y autogestión que les permite sortear las limitaciones de proyección, de pocas dotaciones y acceso a los equipos profesionales para la producción y lograr un rol protagónico en sus propuestas artísticas, que aporten al cambio de imagen del Hip Hop, a su cualificación artística, organizativa y de participación ciudadana.

La gestión cultural y pública del Hip Hop promueve los cuatro elementos como un todo, donde hay relaciones entre los bboys, MC’s, grafiteros y DJ´s, porque asi logran la articulación de las propuestas abiertas en espacios de la ciudad, que ahora hacen parte de la renovación urbana, como Parque de los Deseos, Paseo Peatonal Carabobo, Parque Explora, Jardín Botánico, Centro de Desarrollo Cultural de Moravia y el Colegio Gilberto Alzate Avendaño; en esos espacios se hacen visibles baile, voz, Graffiti y música de manera colectiva a partir de propuestas artísticas, que por su perfil, se constituyen en acciones políticas, que transmiten sentidos, discursos y visiones de los contextos. La visibilización y fortalecimiento del movimiento Hip hop en Medellín se logra mediante el trabajo colectivo de los grupos y labor en gestión pública, entendida como el reconocimiento y respeto de las acciones que como Hip Hoppers desarrollan, a partir de la vinculación de la escena HIP HOP con las entidades públicas y privadas.

La presencia de los artistas del Hip Hop en el espacio público nos confirma la posibilidad que tienen los jóvenes de establecer territorios juveniles, y allí hay que darse a la tarea de intentar reconocer cuáles son las características y las especificidades del sujeto juvenil urbano que actúa en el espacio público. La pista para este reconocimiento la aportan en primera instancia aquellas estéticas que se tejen alrededor de las músicas juveniles, el vestuario, los escenarios de participación, elementos gráficos privilegiados por cada grupo, los lenguajes y diversas practicas son referentes desde donde expresan las sensibilidades que se ligan a su elección identitaria, lo que se canta, las formas adoptadas, las maneras de decirlo y manifestarse es una opción, que da cuenta de cómo se lee el mundo, de cómo los hoppers se enuncian desde sus capacidades narrativas de lectura de la realidad.


 

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